martes, julio 18, 2006

Problema filosófico 1º: La tortuga

Ya han acabado hace tiempo las fiestas de San Fermín, así que podemos pasar a otros temas.

Una de mis aficiones es la filosofía, y tiene muchos problemas para entretenerse pensando; lo malo es que son problemas que no suelen tener solución, porque necesitan no una solución exacta como las matemáticas, sino que expliquemos cómo funciona nuestro lenguaje, nuestra manera de pensar, se pueden encontrar contradicciones...


Éste que os pongo es uno de ellos.

jeje...

Tranquilos, que éste sí "tiene" solución. Empecemos...

Había una vez ...un hombre.

Un hombre muy honesto y muy bueno. Un día, mientras estaba paseando por el campo, se cruzó con una tortuga grandísima y hermosa. Y claro, ¿a qué persona hambrienta no le gustaría tomar una sopa de tortuga al ver semejante animal?...
El caso es que a ésa persona sí, le encantaba.

Metió la tortuga en su saco, con mucha prisa y sin atender a las súplicas de la pobre tortuguita. LLegó a su casa, sacó a la tortuga del saco, y empezó a hervir agua en una olla preparada epecialmente para ello. Sin embargo, este hombre era tan bueno y tan honesto, que no podía cometer la atrocidad de meter directamente a una tortuga viva en la olla y que se escaldara delante de sus ojos, por su mano; le revolvería el estómago oír cómo la tortuga le habría de preguntar, de manera inquisidora :"¿Por qué me matas, por qué no me dejas vivir....?".

¿Qué podía hacer?

Después de pensar un tiempo, hizo lo siguiente: cogió una vara fina de madera que tenía por ahí, que cruzaba la olla entera, sobre el agua hirviendo. Después de ésto, sí que accedió a hablar con la tortuga:

-Mire, señora tortuga: si es capaz de andar sobre la vara, atravesando la olla, sin caerse al agua, la dejaré libre.

La tortuga no tenía de tonta ni un pelo, y especialmente les tenía poca confianza a los seres humanos, pero... la otra posibilidad al sádico juego era que el hombre la echara directamente en la olla, sin contemplaciones. Quizá así se pudiera salvar...

Ni corta ni perezosa, se puso a andar. Pasito a pasito, centímetro a centímetro, fue pasando por la vara. Tan fina era esa vara, que se combó bajo el peso de la tortuga cuando ella se hallaba a medio camino, y casi llegó al agua hirviendo; sin embargo, la tortuga siguió cruzando, con el coraje y la valentía que se les supone a una buena tortuga. Bajo la mirada atónita del hombre, cruzó y cruzó, sudó y sudó (aun siendo reptil), y llegó al otro extremo de la vara.

¡Lo consiguió! ¡Había atravesado la olla hirviente!

El hombre, entusiasmado, se puso a aplaudir y felicitarle. "¡Bravo, muy bien!", gritaba con verdadero placer. Sin embargo, le hizo la siguiente pregunta:

-Me disculpará, señora tortuga, pero por favor...¿Podría repetirlo otra vez?

¿Qué hizo mal la tortuga?¿Dónde se equivocó?



Una pista es que la tortuga se equivocó antes de llegar al medio de la prueba (hablando con rigor)

(Puede que ponga la solución un día de estos...) : )

4 Comments:

At 10:54 p. m., Blogger Ivan said...

¿Por qué tenía que hacerle caso la tortuga?

Fíjense: se puede decir que el hombre, todo bondad, hizo toda esta parafernalia en vez de echarla a la olla directamente para "no tener la culpa". ¿Qué sería más fácil que decir a la tortuga si cae: "¡es que eres tonta por hacerlo!" ?

Quizá salvara la vida, quizá no...sólo dije que pasó la olla una vez. xD

 
At 8:47 p. m., Anonymous Anónimo said...

MI OPINION: SELECCION NATURAL.
LA TORTUGA TENIA QUE CAER POR NARICES EN EL AGUA HIRVIENDO.CRUZAR O NO CRUZAR LA BARA DE MADERA ES UNA TORTURA,CUANDO EL TORTURADOR Y EL TORTURADO SABEN QUIEN TIENE QUE MORIR.
LA DOC.

 
At 4:45 p. m., Anonymous Anónimo said...

En nuestra humilde opinión luego del análisis de la historia podemos señalar que hay una marcada diferencia en los valores manejados en la misa; en primera instancia hablemos de la confianza; es una cualidad de los seres vivos que supone creer y tener seguridad de que una situación es de determinada manera, o que una persona actuará de determinada forma. La confianza supone seguridad en uno mismo como en otros ya que implica la creencia de que ciertos resultados o consecuencias serán alcanzados en determinadas situaciones.
La confianza se relaciona entonces con un sentimiento que pone sus miras en una acción futura que todavía no ha sucedido y sobre la cual no se tiene una certeza empírica. Hacemos mención de dicho valor por que la tortuga viendo su muerte inminente no le quedo alternativa q confiar definitivamente de la propuesta del hombre que supuestamente era honesto. La tortuga no tenía de tonta ni un pelo, y especialmente les tenía poca confianza a los seres humanos, pero... la otra posibilidad al sádico juego era que el hombre la echara directamente en la olla, sin contemplaciones. Quizá así se pudiera salvar.

El otro valor a analizar es la honestidad; es una cualidad de calidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad (decir la verdad), de acuerdo con los valores de verdad y justicia. Se trata de vivir de acuerdo a como se piensa y se siente. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo. En tal sentido este supuesto hombre honesto no cumplió con lo propuesto a la tortuga debido a que al ver que esta cumplió con la prueba la sometió de nuevo a la misma; no cumpliendo así con su palabra. En ese momento dejo de ser un hombre honesto y bueno.
En tal sentido podemos señalar que el autoritarismo es una modalidad del ejercicio de la autoridad en las relaciones sociales, por parte de alguno o algunos de sus miembros, en la cual se extreman la ausencia de consenso, la irracionalidad y la falta de fundamentos en las decisiones, originando un orden opresivo y carente de libertad para otra parte de los miembros del grupo social. El término se utiliza para calificar a organizaciones o estados que pretenden conservar y gestionar el poder mediante mecanismos que se encuentren en abierta contradicción con la libertad. Ejercicio que efectúo este supuesto hombre honesto al momento de someter a la tortuga de nuevo a tan sádico juego. La solución a nuestra manera de entender es que al momento de comenzar la tortuga el trayecto sobre la vara, haberle preguntado al supuesto hombre honesto y bueno si definitivamente cumpliría su palabra y como ya sabemos no lo hizo simplemente se hubiese dejado caer en la hoya.
REFLEXION: Proceder con honestidad en harás de la dignidad del hombre es el compromiso mas trascendente en nuestro corto paso por este mundo.

 
At 9:14 p. m., Anonymous Anónimo said...

Por favor coloca la respuesta....

 

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